Situada en la falda del Castillo de Peñafiel Pago de Carraovejas ha sentado las bases del buen hacer en la Ribera del Duero desde hace más de 25 años.
Lo que empezó como una ilusión de Jose María Ruíz, un restaurante clásico donde servir el tradicional cochinilo, le siguió la idea de ofrecer un buen vino para acompañar y así, en 1998, nacieron las bodegas Pago de Carraovejas